domingo, 16 de marzo de 2014
Con una calma aparente
Pasan las horas
en un mar de preguntas
con cierta calma
levito por la sal,
cuando la danza de algas
me repara del calor que trae el día.
Veo la textura de las nubes,
son hermosas
y cada ave que navega,
como marinero en su vuelo,
muestra una autonomía que abruma.
De pronto el agua
comienza a alzar su bramido
entre movimientos y saltos
intento retomar la postura,
sin saber el punto de apoyo
entre peces y espuma.
Lucho contra el elemento
sé que no perdí la partida
aunque revuelta y arañada
vuelvo a la orilla sin respiro,
recupero el control de mi cuerpo
y descubro por mis medios.
Ahora sí, en libertad de pensamiento.
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